¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE?
No ha sido definido, se el primero en definirlo
DEFINELO TU MISMOPero estas palabras estan cerca:
Rep. Dominicana
Universidad a la que NO quieres ir a estudiar cuando tus papis no tienen el money para pagarte una privada, pero cuando ellos están dispuestos a sacrificarse para que no pises la UASD, para allá es que te coge con que QUIERES ir.
Universidad donde a los únicos dos profesores que dan una misma materia les dan el año sabático al mismo tiempo y te quedas ESTANCADO hasta el día en que vuelva a aparecer en la proyección.
Universidad donde la fila de pago que hacías sólo se mueve si te CAMBIAS a otra.
Universidad donde siempre tienes que ir con el cerebro to' cansao, PARADO EN UNA OMSA que de EJECUTIVA no tiene nada, SUDA'O, con el UNIFORME DEL TRABAJO a las 5 de la tarde, a tomar la única materia que te proyectaron por la noche, ya que tal parece no te quieren proyectar los sábados, y te tienes sacrificar porque sólo te quedan diez materias, (esto muchas veces equivalente a 3 ó 4 años).
Universidad donde le das 1,000,000 de gracias a Dios y a tu familia cuando llegas a tu meta, y no te quieres apear ese anillo de la mano jamás en la vida, aunque después acabes poniendo algún tipo de negocio y nunca ejerzas, pero el pobre más que vivir, su cuestión es sobrevivir y alcanzar logros como pueda.
Universidad por la que siempre te llega a la mente una experiencia inolvidable que contar, y de la cual SIEMPRE te sientes más fuerte por cada lección aprendida (tanto de la carrera como de la vida), y q nunca vas a perder el orgullo de decir: de ahí fue que yo salí!!
PRIMER semestre: "pero mi hija, yo te dije que si querías ir a estudiar medicina a una privada" - "No mami, yo quiero ir para la GUA, que de ahí es que salen los mejores médicos".
QUINTO semestre: "porque yo no sé que es lo que yo estoy haciendo aquí, tanto que me decían que no me metiera en esta boca del lobo!!"
DÉCIMO CUARTO semestre: "Me estoy graduando chepa cum laude, pero aprendí un paketón, cogí to la lucha, aprendí a ser un hombre/una mujer y este anillo nadie me lo apea... ahora a hacer huelga con los médicos de los hospitales!!!".
Rep. Dominicana
Venezuela
La palabra respeto envuelve una acción humana de convivencia que determina la aceptación de los derechos y deberes del ser humano en su interacción dentro de la sociedad. La palabras que se derivan de ello, respeta, respetemos, respetamos etc, aplica no solo una acción psíquica que determina una posición hacia alguien en su acción o en su condición, sino que toma en cuenta las limitaciones de acción que tiene el individuo frente a lo que se ejerce dicha acción. Para aclarar un poco mas éste panorama que parece un poco confuso, traigo a colación una mala utilización de esta palabra o acción. En el Metro de Caracas entre los mensajes que dan los operadores, se escucha el siguiente mensaje “ Respeta las normas.........” Una norma se acata o no se acata, las leyes se acatan o no se acatan, se tergiversan o se omiten, pero considero que no se irrespeta, a quien se irrespeta al no acatar las normas, es al resto de los usuarios, porque la norma determina el comportamiento humano que debe prevalecer dentro de las instalaciones del Metro de Caracas o de donde se establezcan las normas para poder interactuar con el resto de los usuarios o receptores de las normas. Normalmente, las leyes o normas anticipan un comportamiento humano negativo, a las características del núcleo social donde se aplica, por ejemplo: difícilmente un perro dejaría de entrar frente a un cartel que diga no se admiten animales, un pájaro volaría a su antojo, pero sería reprendido un ser humano que trate de entrar con lo que se considere sea un animal. También se escucha en materia legal y de transito ( exclusiva para los seres humano) “ Respeta la leyes” ¿Cómo se irrespeta una ley?, ¿se ofende o se denigra una ley ? simplemente se desacata, se omite, o se tergiversa, por que dificulto que la letra escrita (Ley) se ofenda si le digo una grosería, cosa distinta que ocurriría si yo le digo una grosería a usted, u ofendo a su familia, ese comportamiento si es considerado un irrespeto, a su integridad como individuo que se desenvuelve en una sociedad. En conclusión podemos decir, que El Respeto es la conducta que asumen los seres humanos frente a las limitaciones que provee los derechos y deberes en su actividad frente a la sociedad donde se desenvuelven. Parmenidez Alvarez.
Se escucha en materia legal y de transito ( exclusiva para los seres humano) “ Respeta la leyes” ¿Cómo se irrespeta una ley?, ¿se ofende o se denigra una ley ? simplemente se desacata, se omite, o se tergiversa, por que dificulto que la letra escrita (Ley) se ofenda si le digo una grosería, cosa distinta que ocurriría si yo le digo una grosería a usted, u ofendo a su familia, ese comportamiento si es considerado un irrespeto, a su integridad como individuo que se desenvuelve en una sociedad.
Venezuela
Argentina
1. Persona (generalmente adolescente) que mediante una cuenta de fotolog y empleando artilugios fotogénicos, peinados con flequillos y desmechado y vestimentas colorinches pretende hacer creer que es bella y popular para sentirse aceptada por una sociedad que lo aborrece. Adscribiendo a corrientes culturales que acepta sin condicionamientos por ser un pelotudo generalmente tiene por idea de belleza lo andrógino, ideal que se cae ni bien tiene que mantenerse por si mismo salvo que trabaje en una casa de ropa flogger o quiere una pareja que no es flogger.
2. Quien adhiere a los criterios estéticos de quienes publican sus fotos en fotologs arriba mencionados en ámbitos cotidianos: Uso de remeras con estampados que aluden a la cultura pop, a lo retro/vintage (especialmente los motivos típicos de los '70s y '80s), a lo futurísta, punk y abstracto en una misma prenda, lentes de sol no convencionales, lucimiento casi constante de auriculares con su respectivo reproductor de MP3 o celular de gama media alta y/o camaras digitales (fetiches de los floggers), pantalones chupines colorinches.
3. Moda que gracias a Dios está cayendo en desuso, que duró lo que un pedo en un tornado y que cuya campaña de marketing tuvo éxito en hacer creer a sus adherentes que estaban formando parte de un movimiento cultural sin manifiesto ni ideología, solo el nihilismo fetichista adolescente de quien no tiene nada que hacer. Las prendas que conformaban dicha moda eran de mala calidad y relativamente baratas, aunque algunas marcas renombradas de ropa se subieron a la moda con poco éxito y cuya imagen todavía estan tratando de recuperar. Las influencias estéticas fueron lo retro/vintage, lo abstracto, glam, futurista, electrónico, cubista, pop y punk, sin que la mayoría de sus consumidores estén al tanto de eso. Basicamente Blondie y todo el post-punk, pero sin el talento, el glamour, la originalidad y la ideología. Esta moda está relacionada con la música "electro", que no es mas que el house de toda la vida caracterizado con algunos truquitos de producción que se consideraban vanguardistas en la época (sintes saturados, emulación de sonidos vintage, sonidos basados en onda con forma de sierra, filtros de paso bajo y alto para lograr un efecto "saturado hi-fi") y que como el vocoder, eventualmente se volvieron demodés.
4. Pelotudo
5. Estilo de baile aplicable al genero "electro" que evita mayoritariamente el contacto humano acorde a la tendencia andrógina de la movida y a la frustración y miedo adolescentes a la sexualidad propias de los integrantes de dicha "cultura". O sea, como todo lo referente a la cultura flogger, es una gran acto masturbatorio, acto de amor autoerótico o sacada de lustre nihilista al ego por uno mismo.
Vos, asi disfrazado de flogger no entrás.
Argentina
México
¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la madre. No una madre de carne y hueso, sino una figura mítica. La Chingada es una de las representaciones mexicanas de la Maternidad, como la Llorona o la "sufrida madre mexicana" que festejamos el diez de mayo. La Chingada es la madre que ha sufrido, metafórica o realmente, la acción corrosiva e infamante implícita en el verbo que le da nombre. Vale la pena detenerse en el significado de esta voz.
En la Anarquía del lenguaje en la América española, Darío Rubio examina el origen de esta palabra y enumera las significaciones que le prestan casi todos los pueblos hispanoamericanos. Es probable su procedencia azteca: chingaste es xinachtli (semilla de hortaliza) o xinaxtli (aguamiel fermentado). La voz y sus derivados se usan, en casi toda América y en algunas regiones de España, asociados a las bebidas alcohólicas o no: chingaste son los residuos o heces que quedan en el vaso, en Guatemala y El Salvador; en Oaxaca llaman chingaditos a los restos del café; en todo México se llama chínguere o, significativamente, piquete al alcohol; en Chile, Perú y Ecuador la chingana es la taberna; en España chingar equivale a beber mucho, a embriagarse; y en Cuba, un chinguirito es un trago de alcohol.
Chingar también implica la idea de fracaso. En Chile y Argentina se chinga un petardo, "cuando no revienta, se frustra o sale fallido". Y las empresas que fracasan, las fiestas que se aguan, las acciones que no llegan a su término, se chingan. En Colombia, chingarse es llevarse un chasco. En el Plata un vestido desgarrado es un vestido chingado. En casi todas partes chingarse es salir burlado, fracasar. Chingar, asimismo, se emplea en algunas partes de Sudamérica como sinónimo de molestar, zaherir, burlar. Es un verbo agresivo, como puede verse por todas esas significaciones: descolar a los animales, incitar o hurgar a los gallos, chunguear, chasquear, perjudicar, echar a perder, frustrar.
En México los significados de la palabra son innumerables. Es una voz mágica. Basta un cambio de tono, una inflexión apenas, para que el sentido varíe. Hay tantos matices como entonaciones: tantos significados como sentimientos. Se puede ser un chingón, un Gran Chingón (en los negocios, en la política, en el crimen, con las mujeres), un chingaquedito (silencioso, disimulado, urdiendo tramas en la sombra, avanzando cauto para dar el mazazo), un chingoncito. Pero la pluralidad de significaciones no impide que la idea de agresión en todos sus grados, desde el simple de incomodar, picar, zaherir, hasta el de violar, desgarrar y matar se presente siempre como significado último. El verbo denota violencia, salir de sí mismo y penetrar por la fuerza en otro. Y también, herir, rasgar, violar cuerpos, almas, objetos, destruir. Cuando algo se rompe, decimos: "se chingó". Cuando alguien ejecuta un acto desmesurado y contra las reglas, comentamos: "hizo una chingadera".
La idea de romper y de abrir reaparece en casi todas las expresiones. La voz está teñida de sexualidad, pero no es sinónima del acto sexual; se puede chingar a una mujer sin poseerla. Y cuando se alude al acto sexual, la violación o el engaño le prestan un matiz particular. El que chinga jamás lo hace con el consentimiento de la chingada. En suma, chingar es hacer violencia sobre otro. Es un verbo masculino, activo, cruel: pica, hiere, desgarra, mancha. Y provoca una amarga, resentida satisfacción en el que lo ejecuta.
Lo chingado es lo pasivo, lo inerte y abierto, por oposición a lo que chinga, que es activo, agresivo y cerrado. El chingón es el macho, el que abre. La chingada, la hembra, la pasividad pura, inerme ante el exterior. La relación entre ambos es violenta, determinada por el poder cínico del primero y la impotencia de la otra. La idea de violación rige oscuramente todos los significados. La dialéctica de "lo cerrado" y "lo abierto" se cumple así con precisión casi feroz.
El poder mágico de la palabra se intensifica por su carácter prohibido. Nadie la dice en público. Solamente un exceso de cólera, una emoción o el entusiasmo delirante, justifican su expresión franca. Es una voz que sólo se oye entre hombres, o en las grandes fiestas. Al gritarla, rompemos un velo de pudor, de silencio o de hipocresía. Nos manifestamos tales como somos de verdad. Las malas palabras hierven en nuestro interior, como hierven nuestros sentimientos. Cuando salen, lo hacen brusca, brutalmente, en forma de alarido, de reto, de ofensa. Son proyectiles o cuchillos. Desgarran. Los españoles también abusan de las expresiones fuertes. Frente a ellos el mexicano es singularmente pulcro. Pero mientras los españoles se complacen en la blasfemia y la escatología, nosotros nos especializamos en la crueldad y el sadismo. El español es simple: insulta a Dios porque cree en él. La blasfemia, dice Machado, es una oración al revés. El placer que experimentan muchos españoles, incluso algunos de sus más altos poetas, al aludir a los detritus y mezclar la mierda con lo sagrado se parece un poco al de los niños que juegan con lodo.
Hay, además del resentimiento, el gusto por los contrastes, que ha engendrado el estilo barroco y el dramatismo de la gran pintura española. Sólo un español puede hablar con autoridad de Onán y Don Juan. En las expresiones mexicanas, por el contrario, no se advierte la dualidad española simbolizada por la oposición de lo real y lo ideal, los místicos y los pícaros, el Quevedo fúnebre y el escatológico, sino la dicotomía entre lo cerrado y lo abierto. El verbo chingar indica el triunfo de lo cerrado, del macho, del fuerte, sobre lo abierto.
La palabra chingar, con todas estas múltiples significaciones, define gran parte de nuestra vida y califica nuestras relaciones con el resto de nuestros amigos y compatriotas. Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado. Es decir, de humillar, castigar y ofender. O a la inversa. Esta concepción de la vida social como combate engendra fatalmente la división de la sociedad en fuertes y débiles. Los fuertes los chingones sin escrúpulos, duros e inexorables se rodean de fidelidades ardientes e interesadas. El servilismo ante los poderosos especialmente entre la casta de los "políticos", esto es, de los profesionales de los negocios públicos es una de las deplorables consecuencias de esta situación. Otra, no menos degradante, es la adhesión a las personas y no a los principios. Con frecuencia nuestros políticos confunden los negocios públicos con los privados. No importa. Su riqueza o su influencia en la administración les permite sostener una mesnada que el pueblo llama, muy atinadamente, de "lambiscones" (de lamer).
El verbo chingar maligno, ágil y juguetón como un animal de presa engendra muchas expresiones que hacen de nuestro mundo una selva: hay tigres en los negocios, águilas en las escuelas o en los presidios, leones con los amigos. El soborno se llama "morder". Los burócratas roen sus huesos (los empleos públicos). Y en un mundo de chingones, de relaciones duras, presididas por la violencia y el recelo, en el que nadie se abre ni se raja y todos quieren chingar, las ideas y el trabajo cuentan poco. Lo único que vale es la hombría, el valor personal, capaz de imponerse.
La voz tiene además otro significado, más restringido. Cuando decimos "vete a la Chingada", enviamos a nuestro interlocutor a un espacio lejano, vago e indeterminado. Al país de las cosas rotas, gastadas. País gris, que no está en ninguna parte, inmenso y vacío. Y no sólo por simple asociación fonética lo comparamos a la China, que es también inmensa y remota. La Chingada, a fuerza de uso, de significaciones contrarias y del roce de labios coléricos o entusiasmados, acaba por gastarse, agotar sus contenidos y desaparecer. Es una palabra hueca. No quiere decir nada. Es la nada.
Octavio Paz - Octavio Paz
De El laberinto de la soledad
México
México
¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la madre. No una madre de carne y hueso, sino una figura mítica. La Chingada es una de las representaciones mexicanas de la Maternidad, como la Llorona o la "sufrida madre mexicana" que festejamos el diez de mayo. La Chingada es la madre que ha sufrido, metafórica o realmente, la acción corrosiva e infamante implícita en el verbo que le da nombre. Vale la pena detenerse en el significado de esta voz.
En la Anarquía del lenguaje en la América española, Darío Rubio examina el origen de esta palabra y enumera las significaciones que le prestan casi todos los pueblos hispanoamericanos. Es probable su procedencia azteca: chingaste es xinachtli (semilla de hortaliza) o xinaxtli (aguamiel fermentado). La voz y sus derivados se usan, en casi toda América y en algunas regiones de España, asociados a las bebidas alcohólicas o no: chingaste son los residuos o heces que quedan en el vaso, en Guatemala y El Salvador; en Oaxaca llaman chingaditos a los restos del café; en todo México se llama chínguere o, significativamente, piquete al alcohol; en Chile, Perú y Ecuador la chingana es la taberna; en España chingar equivale a beber mucho, a embriagarse; y en Cuba, un chinguirito es un trago de alcohol.
Chingar también implica la idea de fracaso. En Chile y Argentina se chinga un petardo, "cuando no revienta, se frustra o sale fallido". Y las empresas que fracasan, las fiestas que se aguan, las acciones que no llegan a su término, se chingan. En Colombia, chingarse es llevarse un chasco. En el Plata un vestido desgarrado es un vestido chingado. En casi todas partes chingarse es salir burlado, fracasar. Chingar, asimismo, se emplea en algunas partes de Sudamérica como sinónimo de molestar, zaherir, burlar. Es un verbo agresivo, como puede verse por todas esas significaciones: descolar a los animales, incitar o hurgar a los gallos, chunguear, chasquear, perjudicar, echar a perder, frustrar.
En México los significados de la palabra son innumerables. Es una voz mágica. Basta un cambio de tono, una inflexión apenas, para que el sentido varíe. Hay tantos matices como entonaciones: tantos significados como sentimientos. Se puede ser un chingón, un Gran Chingón (en los negocios, en la política, en el crimen, con las mujeres), un chingaquedito (silencioso, disimulado, urdiendo tramas en la sombra, avanzando cauto para dar el mazazo), un chingoncito. Pero la pluralidad de significaciones no impide que la idea de agresión en todos sus grados, desde el simple de incomodar, picar, zaherir, hasta el de violar, desgarrar y matar se presente siempre como significado último. El verbo denota violencia, salir de sí mismo y penetrar por la fuerza en otro. Y también, herir, rasgar, violar cuerpos, almas, objetos, destruir. Cuando algo se rompe, decimos: "se chingó". Cuando alguien ejecuta un acto desmesurado y contra las reglas, comentamos: "hizo una chingadera".
La idea de romper y de abrir reaparece en casi todas las expresiones. La voz está teñida de sexualidad, pero no es sinónima del acto sexual; se puede chingar a una mujer sin poseerla. Y cuando se alude al acto sexual, la violación o el engaño le prestan un matiz particular. El que chinga jamás lo hace con el consentimiento de la chingada. En suma, chingar es hacer violencia sobre otro. Es un verbo masculino, activo, cruel: pica, hiere, desgarra, mancha. Y provoca una amarga, resentida satisfacción en el que lo ejecuta.
Lo chingado es lo pasivo, lo inerte y abierto, por oposición a lo que chinga, que es activo, agresivo y cerrado. El chingón es el macho, el que abre. La chingada, la hembra, la pasividad pura, inerme ante el exterior. La relación entre ambos es violenta, determinada por el poder cínico del primero y la impotencia de la otra. La idea de violación rige oscuramente todos los significados. La dialéctica de "lo cerrado" y "lo abierto" se cumple así con precisión casi feroz.
El poder mágico de la palabra se intensifica por su carácter prohibido. Nadie la dice en público. Solamente un exceso de cólera, una emoción o el entusiasmo delirante, justifican su expresión franca. Es una voz que sólo se oye entre hombres, o en las grandes fiestas. Al gritarla, rompemos un velo de pudor, de silencio o de hipocresía. Nos manifestamos tales como somos de verdad. Las malas palabras hierven en nuestro interior, como hierven nuestros sentimientos. Cuando salen, lo hacen brusca, brutalmente, en forma de alarido, de reto, de ofensa. Son proyectiles o cuchillos. Desgarran. Los españoles también abusan de las expresiones fuertes. Frente a ellos el mexicano es singularmente pulcro. Pero mientras los españoles se complacen en la blasfemia y la escatología, nosotros nos especializamos en la crueldad y el sadismo. El español es simple: insulta a Dios porque cree en él. La blasfemia, dice Machado, es una oración al revés. El placer que experimentan muchos españoles, incluso algunos de sus más altos poetas, al aludir a los detritus y mezclar la mierda con lo sagrado se parece un poco al de los niños que juegan con lodo.
Hay, además del resentimiento, el gusto por los contrastes, que ha engendrado el estilo barroco y el dramatismo de la gran pintura española. Sólo un español puede hablar con autoridad de Onán y Don Juan. En las expresiones mexicanas, por el contrario, no se advierte la dualidad española simbolizada por la oposición de lo real y lo ideal, los místicos y los pícaros, el Quevedo fúnebre y el escatológico, sino la dicotomía entre lo cerrado y lo abierto. El verbo chingar indica el triunfo de lo cerrado, del macho, del fuerte, sobre lo abierto.
La palabra chingar, con todas estas múltiples significaciones, define gran parte de nuestra vida y califica nuestras relaciones con el resto de nuestros amigos y compatriotas. Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado. Es decir, de humillar, castigar y ofender. O a la inversa. Esta concepción de la vida social como combate engendra fatalmente la división de la sociedad en fuertes y débiles. Los fuertes los chingones sin escrúpulos, duros e inexorables se rodean de fidelidades ardientes e interesadas. El servilismo ante los poderosos especialmente entre la casta de los "políticos", esto es, de los profesionales de los negocios públicos es una de las deplorables consecuencias de esta situación. Otra, no menos degradante, es la adhesión a las personas y no a los principios. Con frecuencia nuestros políticos confunden los negocios públicos con los privados. No importa. Su riqueza o su influencia en la administración les permite sostener una mesnada que el pueblo llama, muy atinadamente, de "lambiscones" (de lamer).
El verbo chingar maligno, ágil y juguetón como un animal de presa engendra muchas expresiones que hacen de nuestro mundo una selva: hay tigres en los negocios, águilas en las escuelas o en los presidios, leones con los amigos. El soborno se llama "morder". Los burócratas roen sus huesos (los empleos públicos). Y en un mundo de chingones, de relaciones duras, presididas por la violencia y el recelo, en el que nadie se abre ni se raja y todos quieren chingar, las ideas y el trabajo cuentan poco. Lo único que vale es la hombría, el valor personal, capaz de imponerse.
La voz tiene además otro significado, más restringido. Cuando decimos "vete a la Chingada", enviamos a nuestro interlocutor a un espacio lejano, vago e indeterminado. Al país de las cosas rotas, gastadas. País gris, que no está en ninguna parte, inmenso y vacío. Y no sólo por simple asociación fonética lo comparamos a la China, que es también inmensa y remota. La Chingada, a fuerza de uso, de significaciones contrarias y del roce de labios coléricos o entusiasmados, acaba por gastarse, agotar sus contenidos y desaparecer. Es una palabra hueca. No quiere decir nada. Es la nada.
Octavio Paz - Octavio Paz
De El laberinto de la soledad
DENOTANDO FRAUDE - Me chingaron
ROBO - Me (la/lo) chingaron
IGNORANCIA - Sepa la chingada
AMENAZA - Te voy a chingar
PRESUMIR - Soy el más chingón
DISTANCIA - Hasta la chingada
DESPRECIO - Vales para pura chingada
CELOS - Con quién chingados estabas?
INCONFORMIDAD - Son chingaderas!! Ya ni la chingan...
PETICION - Vete a la chingada
CALIFICATIVO - Chingaquedito
HOSTILIDAD - Y tú quién chingados eres??
FRUSTRACION - Ah que bien chingas!!!
TERMINAL - Ese ya chingó a su madre
INCERTIDUMBRE - Y no nos irán a chingar??
ORDEN- chingatelo
CERTEZA - Ya nos chingaron
ADVERTENCIA - Síguele y te va a cargar la chingada
INCOMPETENCIA - No sé que chingados hacer.
DISCRECION - Chingao
ENOJO - Que vaya y rechingue a su madre
COMPASION - Que fea chinga le metieron
TRIUNFALISMO - Ya chingué
DERROTISMO - Me chingué
HUMORISMO - Está bien que chingues pero... a tu madre la respetas!!!
DESPEDIDA - Vámonos a la chingada
CHISME - ¿Supiste a quién se chingaron ayer??
ADMIRACION - Tá chingón!!!!
ANTIMODERNISTA - Que chinguita con los celulares
INCREDULIDAD - Ah!! chingá, chingá, chingá!....
ABURRIMIENTO - Pos ah, que la chingada
DENOTANDO UN ERROR - Está de la chingada
México